Decir mayo del 68 es decir muchas cosas. Es hablar del nacimiento de las movilizaciones estudiantiles, y con esto de la aparición de un poder social que hasta ese momento no existía, no era considerado por nadie, ni por los políticos, ni por “la gente adulta” en general. Se suponía, en esa época, que los jóvenes no tenían opinión, y que carentes de actitud, eran incapaces de pasar a la acción, sobretodo si se trataba de alzar la voz por sus derechos. Pero resultó ser que la juventud universitaria del París de 1968 sí tenía opinión.
Y cómo no, si los universitarios franceses de esa época habían sido testigos privilegiados de hechos que fueron hitos clave en el desarrollo de la historia del siglo XX. Alexander Dubcek con su "socialismo con rostro humano", llevaba a Checoslovaquia por un período de su historia que todos conoceríamos como “la primavera de Praga”. Era la triste época de la guerra de Vietnam y hacía un poco mas de medio año de la muerte del Che Guevara, lo que, para mucha gente, significaría el nacimiento de EL icono revolucionario del siglo XX, inevitablemente asociado a la revolución cubana que 10 años antes y liderada por Fidel Castro, había derrocado al gobierno de Fulgencio Batista.
Eran tiempos de cambios cruciales para el mundo, aires de renovación. Tiempos de revolución, en todo el sentido de la palabra.
Casi un año antes los Beatles lanzaban su mítico álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band y hacía menos de seis meses el Dr. Barnard realizaba el primer transplante de corazón.
No está muy claro cómo, ni por qué, pero un cierto grupo de estudiantes se vio involucrado en ciertos hechos que tenían que ver con un atentado a las oficinas de American Express en París. Dicha acción dio como resultado una amenaza de expulsión para un grupo de alumnos de la universidad de Nanterre, algunos de los cuales participaban de la revista “Noir et Rouge” (NR) (en castellano sería “negro y rojo”), una publicación de tendencia anarquista que aglutinaba bajo su alero a una serie de grupos rebotados de diversos partidos y facciones políticas de la Francia de fines de los años 60, y que fue un importante referente para los acontecimientos que iban a suceder mas tarde. Este proceso al que fueron sometidos estos jóvenes estudiantes fue la mecha que encendió el polvorín de las revueltas universitarias los primeros días del mes de Mayo de 1968. Uno de los estudiantes que formaba parte de la revista NR era Daniel Cohn-Bendit, mas conocido como el legendario Daniel el rojo.
La deliberación acerca de la expulsión de estos alumnos se realizaba en alguna sede universitaria en el barrio latino de París, lugar al que llegó una muchedumbre de estudiantes a solidarizar con sus compañeros, a lo cual, como sucede casi siempre, la policía reaccionó con gran violencia la cual fue respondida con igual o mayor violencia aún. Las barricadas no se hicieron esperar y la toma de la Sorbona tampoco. Al final de ese día, el “Lunes sangriento”, las cifras hablaban de mas de 400 detenidos y más de 300 policías heridos. El movimiento tuvo gran simpatía de la comunidad y los trabajadores comenzaron poco a poco a plegar sus demandas reivindicatorias a las de los estudiantes. El Lunes siguiente al Lunes sangriento los sindicatos convocan a una multitudinaria marcha por las calles de París. Se habla de una concurrencia de mas de 200.000 personas y de 9 millones de trabajadores en huelga ese día. Dos días después la fábrica Renault en París es tomada por 15.000 trabajadores quienes se encierran toda la noche secuestrando a los directores de la empresa del rombo.
El transporte público, los ferrocarriles, las fábricas, el canal estatal de televisión, los astilleros, los aeropuertos, todos se pliegan a la huelga total convocada para el día 21 ¡en toda Francia! (sí, ese mismo día que aquí en Chile se celebra cuando Arturo Prat se hunde con la esmeralda). Lo hermoso de todo esto es la completa normalidad en los servicios domésticos. Pese a la huelga de los trabajadores del gas y la electricidad, los suministros son cumplidos sin falta. Lo mismo pasa con la huelga del servicio postal, el sector de los combustibles y los alimentos. Es así como De Gaulle en un día como hoy (30 de Mayo) aparece en televisión convocando a elecciones anticipadas dentro de 40 días más.
El movimiento pierde fuerza rápidamente, Cohn-Bendit debe pedir asilo en Alemania y para fines del mes de Junio casi todo ha vuelto a la normalidad.
En las elecciones, De Gaulle ganó con el 60% de los votos.
¿Un mal final? ¿Se podría haber logrado algo mas?
Promediando el levantamiento, en una famosa entrevista en el teatro Odeón de París el filósofo Jean Paul Sartre les dijo a los que allí estaban: "Hay algo que ha surgido de ustedes que asombra, que trastorna, que reniega de todo lo que ha hecho de nuestra sociedad lo que ella es. Se trata de lo que yo llamaría la expansión del campo de lo posible. No renuncien a eso"
En la delgada línea que separa las cosas posibles de las imposibles, el mayo del 68 fue una de esas experiencias límite, por tratarse de una situación en la que casi toda una sociedad fue capaz de mantenerse unida en pos de un deseo. Bajo el cielo de París la máquina deseante desplegó sus dispositivos en una intensidad pocas veces vista. Francia fue un lugar en donde lo imposible, al menos durante un tiempo, fue posible.
Hace poco Daniel Cohn-Bendit decía en una entrevista que las jornadas parisinas fueron la manifestación, entre muchas otras, de una metamorfosis cultural de toda una civilización. “...El griterío estudiantil tuvo cosas geniales o estúpidas que no expresaban la dirección de ningún movimiento, si no que fueron el altavoz de profundos cambios culturales, cuyos frutos maduros caerían mucho más tarde.”
Termino con una frase escrita en los muros de Paris, hace 40 años:
“No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos”
mayo de 1968, mayo de 2008; ya van 40 años.. .
Publicado por
andres moreno nail
on viernes, 30 de mayo de 2008
etiquetas:
cultura contemporánea,
sociedad y cultura
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